El pasado 17 de mayo se celebró el Día Internacional de Internet, un medio
que nos ha cambiado de arriba abajo en sus apenas tres décadas de vida. La
posibilidad de transmitir datos, conversar e incluso vernos en tiempo real a
miles de kilómetros de distancia era algo inaudito no hace tanto tiempo.
Internet ha cambiado nuestro lenguaje, nuestra forma de pensar, pero con más
evidencia todavía nuestros usos y costumbres. Podemos localizar con facilidad a
los jóvenes del entorno con sólo ingresar en la lista de chats de una red
social, observaremos que están todos conectados; no hará falta buscarlos por
las calles. De igual forma, gracias a los avances de la telefonía móvil, que se
ha convertido ya en el principal soporte de la red, podemos observar
nítidamente en las mesas de un café o el banco de un jardín a los absortos
usuarios desarrollando sus pases mágicos sobra la pantalla táctil. Si
trajéramos a un ciudadano de los años setenta a la actualidad para observar los
usos de nuestros contemporáneos, no entendería nada de este cambio tan radical.
Y esto no es ciencia ficción, sino la realidad cotidiana. Internet ha
posibilitado la existencia de movimientos hasta hace una década imprevisibles,
léase la Primavera
Árabe o el 15-M español, una de las pocas ideas que hemos exportado además de la
palabra “siesta”. Efectivamente, un proyecto original bien gestionado en las
redes puede convertirse en cuestión de semanas en un acontecimiento mundial.
Pero quiero aquí hacer el camino contrario, volver a los viejos sistemas. En el
IES Arzobispo Lozano, una profesora se ha empeñado en recuperar para el público
joven el formato postal, en lenta agonía por la competencia del correo digital.
Isidora Navarro, junto a otros profesores y alumnos, ha invitado a través de
las redes sociales, Twitter, Facebook, Tuenti, y de una cuenta de correo, laspostalesdelarzobispo@gmail.com,
a toda la comunidad educativa del citado centro, a todos aquellos que han tenido
alguna relación, siquiera anecdótica con el mismo, a celebrar el Día Internacional de
Internet enviando un correo digital a alguno de estos medios indicando con su
nombre y apellidos que curiosamente va a participar en un proyecto basado en el
envío de postales. Isidora y los promotores del proyecto Las Postales del Arzobispo han elegido el camino contrario; usan Internet para popularizar el
tradicional correo postal. La colección de postales recibidas en el centro
entre los días 17 de mayo y 12 de agosto, Día Mundial de la Juventud, se expondrá a
partir del 9 de octubre, que celebra precisamente el Día Mundial del Correo.
El envío de postales es un ritual que los jóvenes
desconocen, la mayoría no lo ha experimentado jamás, y ni siquiera saben donde
colocar la dirección postal. La emoción de depositar ese objeto tridimensional,
ameno al tacto y a la vista en un buzón, un objeto real que viaja, tangible, no
una serie de ceros y unos electrónicos, y esperar que llegue a su destino a
través de un previsible viaje de sacos y trenes les es desconocida, al igual
que la sorpresa de abrir el buzón de casa y descubrir en su interior la
sorpresa de la amistad o del recuerdo. Porque una postal, es cierto, requiere
cierto trabajo, buscar un momento tranquilo y relajado en una ciudad lejana,
escribir y pegar el sello, actos que implican una voluntad de amistad y de
conmemoración.
Una cosa más. Aquellos que quieran enviar su postal al
centro escribirán esta dirección:
IES Arzobispo Lozano, Las Postales del
Arzobispo, Av. De Levante, 20, 30520 Jumilla, Murcia.
Publicado originalmente el Día Internacional de Internet en el semanario Siete Días de Jumilla (Murcia.
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